Sensaciones tras dos meses de clase

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                                                                 Islas Cies

En una sociedad tan rígida como la que se nos quiere imponer, introducir cuotas de participación reales puede sonar a ficticio. Si nos centramos en la comunidad educativa, el efecto que puede producir en el alumnado el hecho de partir desde la situación particular de cada uno de ellos y ellas, cuanto menos, sería de incredulidad.

Las circunstancias que nos han traído hasta donde estamos, sin ninguna duda, son muy diversas. Habrá personas que se hayan interesado enormemente por la economía, alguno no habrá leído más que un par de artículos en internet sobre temas como  la inflación o la prima de riesgo, e incluso puede que existan miembros del grupo que no les preocupe la economía ni lo más mínimo.

Aún así, nos encontramos en un lugar más común de lo que cabría esperar. Cada día compartimos textos, experiencias, sensaciones, opiniones y discusiones, sobre cuestiones que nos ayudan a comprender el contexto en el que nos encontramos. Estamos en una arena crítica. Si hoy no nos interesamos por entender la realidad en la que vivimos, no nos preocupamos por las vivencias de compañeros y no somos capaces de escucharles puede que estemos perdiendo una gran oportunidad.

Como ya he citado en anteriores entradas, necesitamos a las demás personas. Nadie construye sólo su camino. Siempre hay alguien que coloca una piedrecita en nuestra senda que bien nos hace tropezar, o por el contrario nos ayuda a darnos cuenta de que necesitamos un giro en la dirección que estábamos siguiendo.

Además, aunque todavía no seamos conscientes de ello, también somos actores y actrices activos en la historia de cada una de las personas con las que compartimos este ambiente. Marcamos. Puedo asegurar sin temor a equivocarme, que en multitud de ocasiones en las que tenemos tiempo de elegir, nos preguntamos qué harían en nuestro lugar aquellos a los que apreciamos y a su vez pensamos en las consecuencias que podrían acarrear a nuestros seres queridos determinados actos.

Hemos de asumir nuestra parte de responsabilidad en el proceso que vivimos, aprender a adquirir compromisos y responder ante estos analizando los factores que intervienen y viendo de qué forma podemos lograr éxitos colectivos. Cada día comprobamos la veracidad de la frase «la felicidad compartida es inmensamente mayor». Cuando aprobamos un examen, cuando no nos da tiempo a terminar un trabajo de cualquier asignatura o cuando sucede algo peculiar en clase, rápidamente vamos a contárselo a alguien especial. Como vemos, necesitamos a otros y otras.

Una de las cosas que estoy aprendiendo con esta asignatura es a no tener miedo a escribir y expresar sentimientos. Siempre desde el respeto a cualquier otra opinión, creo que todo el mundo puede encontrar una vía para conocerse a sí mismo a través de la escritura. ¿Es necesario «empaparse» a fondo de un tema para poder opinar sobre él? No siempre. Cada persona tiene una cultura que ha ido forjando a lo largo de su vida y que le capacita para tener su propio criterio.

Los libros elegidos para compartir en clase nos definen y dan pistas al resto para conocernos, son oportunidades para acercarnos mutuamente.

Recordemos que nadie nos obliga a estar donde estamos. Siempre podemos elegir otro profesor, otra carrera, otro método de aprendizaje. Si se me permite, como consejo al resto de mis compañeros y compañeras, les diré que aprovechen esta ocasión. El sistema educativo español no es, en ningún caso, laxo. Su adaptabilidad a las características de cada alumno son mínimas. Desde pequeños aprendemos las tablas de multiplicar, los ríos de la península, los verbos irregulares de inglés y otros aspectos sobre los que no podemos actuar; simplemente tragamos sin pestañear, «pasamos por el aro». Nos enseñan aspectos cerrados en la mayoría de los casos. Pero también tenemos derecho a modelar la realidad, a aportar nuestra interpretación de las cosas que nos afectan.

Como sabiamente dijo Erich Fromm, tenemos «miedo a la libertad». En ocasiones no tenemos el valor de afrontar situaciones que supongan esfuerzo. Pues amigos y amigas, aquello que no nos cuesta nada conseguir, nunca seremos capaces de valorarlo. Nuestro atrevimiento en apostar por el camino del estudiante también implica obligaciones, sensatez, juicio y madurez. Lo siento mucho por aquellos que creen que ésta es simplemente una materia más.

¿Sensaciones hasta el momento? Participación activa, compromiso, responsabilidad, aprovechamiento del tiempo, …

Para acabar me gustaría felicitar a todas y todos los que crean y participan cada semana en este espacio común de aprendizaje y agradecerles sus aportaciones.

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Richard Estes

Os recomiendo ver las obras de este pintor hiperrealista o fotorrealista. Fijaos en los reflejos …

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Estos sólo son dos ejemplos de sus cuadros. Si tenéis ocasión, intentad ver algo más. Merece la pena.

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Comentarios sobre desarrollo capitalista (basados en textos de Paul M. Sweezy)

Partiendo de un concepto de economía política, concebida como el «estudio de las relaciones sociales (interpersonales) de la producción y distribución», el profesor Lionel Robbins, dice que «la definición que lograría más adeptos sería aquella que la relacionase con el estudio de las causas del bienestar material», a lo que añade que «las relaciones de cambio no son más que un incidente técnico subsidiario del hecho fundamental de la escasez». Por lo tanto, podemos establecer como hecho fundamental el aspecto social o colectivo de la economía para hacer frente a las necesidades del ser humano.

Todo aquél que desee comprender las teorías de Marx, debe recordar que su objetivo es poner al desnudo la ley económica del movimiento de la sociedad moderna, apostando así por un cambio social. En sus tesis, destaca que la clave se encuentra en los movimientos del modelo de producción, que provocan los conflictos de clase. En una de sus frases más célebres  apunta que «no es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino que, por el contrario, su existencia social determina su conciencia». Para él, la relación entre capitalistas y obreros es la relación económica principal.

Como forma de neoesclavismo, el sistema capitalista, crea situaciones de conflicto; enfermedades que desequilibran aún más la sociedad, mediante la explotación de unos hombres, que controlan la información y los medios de producción, sobre otros que son expropiados y donde se pone de manifiesto el concepto de plusvalía, el cual se pretende aumentar. A través de procedimientos que no contemplan (o al menos parecen no considerar) las limitaciones de las dos fuentes principales de valor, como son la naturaleza y el ser humano, definen su poco inteligente sed de poder (acumulación originaria o primitiva de capital), estableciendo un rumbo peligroso para el conjunto de la humanidad.

No se trata de teorías cegadas por la ideología, sino demostradas empíricamente.

Citando a Machado, «todo necio confunde valor y precio». Se describe de este modo el componente subjetivo del valor de las cosas, de las mercancías, de las materias primas. Las condiciones en las que se generan las relaciones hacen variar su valor. En última instancia, es necesario definir quién y cómo se genera valor.

Todo negocio tiene que hacer rentables sus inversiones, de modo que ningún empresario destinará un sólo euro a proyectos que no le vayan a reportar un ingreso mayor que el que le suponen sus gastos. En este punto podemos diferenciar entre la sanidad o la educación pública, con sus intereses generales (en los que se piensa en todos y cada uno de los ciudadanos) y el sector privado, en el que prima la rentabilidad.

Para concluir, es importante no encuadrar únicamente a Marx y sus pensamientos en un determinismo (como teoría que sostiene que los hechos tienen lugar de una manera establecida como efecto necesario de las causas que los originan, que a su vez fueron consecuencia necesaria de causas anteriores a aquéllas), sino que más bien habría que entenderle como un humanista, que defendía el valor generado por los hombres. 

 

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Recomendación de lectura: «Escritores frente a la tortura»

Aprender a convivir con ciertas dosis de dolor, si bien se nos presenta cotidianamente como algo irremediable, no supone un camino deseable. Si además el Estado nos muestra el rostro más brutal de su poder, mediante el desprecio por una dignidad humana, contemplada en nuestro texto constitucional, parece improbable que una sociedad definida como democrática pueda callar ante actos que plasman la sinrazón de la tortura.

Este conjunto de relatos, nos presenta el rechazo, considerado como deber social, de diversos autores entre los que se encuentran Marta Sanz, Alfonso Sastre o Manuel Vázquez Montalván, ante el monopolio de la violencia, que en ocasiones ha sobrepasado ciertos límites de modo injusto.

En el texto, la indiferencia, el silencio o la resignación, no son contempladas como respuestas válidas frente a los verdugos, ya que el miedo es una desagradable sensación ante un riesgo determinado o indeterminado. Si la amenaza viene desde el propio sistema, aceptado porque creemos que nos aportará seguridad y ante el que cedemos ciertas dosis de libertad, nos deberíamos plantear hasta qué punto nos compensa vivir en él.

El sufrimiento de seres humanos no puede quedar oculto entre las paredes de algunas dependencias oficiales, donde tienen lugar crueles acciones de abuso de fuerza. El policía que tortura, en principio, no lo hace porque le guste (lo cual no impide que le guste), sino que pretende obtener información, es decir, que se busca cumplir una función instrumental a través de un método eficaz para conseguir ese fin.

Javier Ortiz, como autor del prólogo, relata que a su juicio, lo más perverso de los actos de tortura es la degradación que implica para el Estado, que asume su uso como una necesidad. Por lo tanto pone en cuestión la ideología dominante y la hipocresía de los buenos sentimientos que la mayoría cree tener, cuando miran hacia otro lugar al ser preguntados al respecto.

¿Se trata de buscar culpables o enemigos? Al menos, se debería buscar la luz en casos concretos. Generalizar es peligroso. Nos puede conducir a errores. Lanzar mensajes en contra de las fuerzas de seguridad del Estado, además de estar penado legalmente, nos hace obviar situaciones en las que se hacen necesarios sus servicios.

Los atropellos cometidos por Rafael Leónidas Trujillo como caudillo de la República Dominicana, el famoso caso de Santiago Corella («el nani»), o algunos sucesos ocurridos en Euskadi, son distintos ejemplos presentados en el libro, en los que se comprueba la extralimitación de aquellos que se creen con capacidad de maltratar y someter a otras personas.

Citando textualmente a Thomas Hobbes «en el gobierno de un Estado bien establecido, cada particular no se reserva más libertad que aquella que precisa para vivir cómodamente y en plena tranquilidad, ya que no quita a los demás más que aquello que les hace temibles; pero ¿qué es lo que les hace temibles? Su propia fuerza, sus apetencias desenfrenadas, su tendencia a tomar decisiones discrepantes de la humanidad mayoritaria».

Ante este argumento, Fernando Sabater, apunta que el miedo es la base del pacto social, pero también su límite.

Como conclusión, me gustaría señalar mi repudia ante cualquier manifestación de tortura física o psicológica, independientemente de su procedencia y sus víctimas. Como alternativa viable, me uno a los escritores antes mencionados en la necesidad de denuncia de actos violentos y el establecimiento de instituciones y procedimientos adecuados, para mantener un deseable y consensuado equilibrio social.

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Comentario del libro «La Resistencia»

Mediante un  grito de esperanza demencial, esbozado en conjunto de cinco cartas al que se añade un interesante epílogo, Ernesto Sabato intenta inyectarnos la idea de que una vida más humana está en nuestras manos, en cada instante, en la propia circunstancia, en el hoy y en el aquí, de modo que se antoja urgente y necesario revalorar el pequeño lugar y el poco tiempo que vivimos.

Debatiendo entre lo pequeño y lo grande, hemos de reconocer los espacios de encuentro, huyendo de las relaciones abstractas, como puede ser la que mantenemos con la televisión, la cual nos anestesia la sensibilidad y es aceptada pasivamente, debido al encadenamiento a la comodidad que procura la técnica. Citando a Hölderlin con su frase “el hermoso consuelo de encontrar el mundo en un alma, de abrazar a mi especie en una criatura amiga”, podemos entender que la cercanía con la presencia humana nos sacude, nos alienta, y que es el otro el que siempre nos salva.

La creencia en las gestas cotidianas, en el diálogo, en la responsabilidad y dignidad de la persona, así como en la libertad, deben aportar un cambio de mentalidad para poder afrontar la actual pobreza existencial de las enfermizas sociedades contemporáneas.

 

En un segundo acto, se presenta un mundo resecado por la competencia y el individualismo, donde se mide el tiempo de modo utilitario en términos de producción, y  en el que el autor echa en falta antiguos valores como el respeto por los demás, la honestidad, el sacrificio o la vergüenza. Se anhela también el valor de las palabras.

La globalización aplasta el poder de las culturas e impone una uniformidad arrogante, que lleva al ser humano a perder el sentido de sus valores y a no saber en qué o quién creer. Hoy no tenemos un relato que nos una como pueblo o como humanidad, y ante el fracaso de la razón, la política y la ciencia, el ser humano oscila en el vacio sin encontrar donde enraizarse.

 

Entre el bien y el mal, transcurre la tercera carta propuesta, reconociendo la existencia de ambas fuerzas, pero también la necesidad de luchar incansablemente por la primera, ya que las personas somos capaces de lo mejor y de lo peor.

Comenzando por la educación, es urgente ser conscientes de que vivimos en una tierra que debemos cuidar y de la que dependemos. Por lo tanto, es importante transmitir el hecho y el deseo de que cada ser humano se sienta parte de la historia, y reaprender lo que es gozar. Por ejemplo, un lujo verdadero es un encuentro humano.

 

En palabras de Dostoievski “cada uno de nosotros es culpable ante todos, por todos y por todo”, de lo cual se puede extraer que la amenaza de derrumbamiento del mundo es el resultado de la voluntad del hombre, de su prometeico intento de dominación, de la inmoralidad del “sálvese quien pueda”. Nos encontramos ante una crisis en la concepción del mundo y de la vida.

En un cuarto episodio, se citan los valores de la comunidad, alertando la exigencia de la democracia de una presencia activa, ya que de lo contrario , se genera indiferencia y conformismo. Según Camus “la libertad no está hecha de privilegios, sino sobre todo de deberes”.

El nihilismo que caracteriza el presente, hace imposible la transmisión de valores a las nuevas generaciones, pero si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa, perdiéndonos el gozo inmenso que entraña compartir el destino.

 

La quinta carta aborda directamente el concepto de resistencia, haciendo hincapié en que lo  primero en ser urgentemente reparado debería ser la desvalorización de si mismo que siente el hombre y que es el paso previo al sometimiento. Uno no se atreve cuando está sólo y aislado, pero si puede hacerlo si se ha hundido tanto en la realidad de los otros que no puede volverse atrás. Las heridas de los hombres nos reclaman.

Lo peor es el vértigo, entendido como miedo. El hombre adquiere un comportamiento de autómata, ya no responde, ya no es libre, ni reconoce a los demás. A esa velocidad, no se podrá mantener como humano, será aniquilado. Estamos en camino pero no caminando. Hemos perdido el silencio, la serenidad, pero también el grito.

Es  necesario reconocer el lugar donde cada uno de nosotros es llamado a oponer resistencia, para crear espacios de libertad, encontrando en las mismas crisis la fuerza para su superación. El ser humano sabe hacer de los obstáculos nuevos caminos.

En un fascinante epílogo, considera la inasible fugacidad del tiempo, afirmando rotundamente que cada hora del hombre es un lugar vivo de nuestra existencia, que ocurre una sola vez y es irremplazable para siempre.

De este largo recorrido pleno de sentimientos, se desprende que lo esencial de la vida es la fidelidad a lo que uno cree su destino y que se revela en esos momentos decisivos que nos abren las grandes opciones. Diferenciar entre resignarse, como cobardía que justifica el abandono y nace del miedo,  y aceptar, como respeto por la voluntad de otro, puede suponer un paso decisivo.

Finalmente, aparece la comprensión de la muerte, contemplando la historia de lo vivido y llegando a la conclusión de que el mundo no sólo está afuera, sino en lo más recóndito de nuestro corazón. Nos salvaremos por los afectos.

 

Resistamos unidos a la entrega a los demás y en el deseo absoluto de un mundo más humano.

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Concepto de «Ciencia»

En relación a los textos aportados por el profesor Carballo, durante la primera quincena de este mes de Octubre de 2013, a continuación se presenta un resumen de los mismos, al que son añadidos pequeños comentarios personales.

Lectura nº1: Manual de Economía Política (G. Longo)

Intentando responder a la cuestión sobre qué es la Ciencia, el autor aporta la definición elaborada por  Schumpeter (marcada por su tendencia empirista), el cual la concibe como “cualquier tipo de conocimiento que haya sido objeto de esfuerzos conscientes para perfeccionarlo, los cuales producen hábitos mentales (método y técnicas) y un dominio de los hechos descubiertos”.

Es necesario recordar la finalidad del conocimiento, consistente en descubrir las normas o leyes del universo empírico o realidad objetiva que rodea al hombre.

En el documento se describen tres aspectos fundamentales del conocimiento científico:

– Debe proporcionar una descripción y explicación de la realidad, es decir, que no puede reducirse a un simple conjunto de definiciones.

– No puede conformarse con una explicación cualquiera de la realidad, sino que esta debe ser explicada a partir de ella misma, sin introducir momentos o elementos que le sean extraños. Más que explicar el mundo, la Ciencia debe comprenderlo y conocer las relaciones que se establecen objetivamente entre los fenómenos de la realidad.

– Dado que supone únicamente una parte de la actividad humana, nunca es ni puede ser un fin en sí misma. El hombre debe conocer el mundo para poder modificarlo de acuerdo a sus necesidades. Por tanto, se presenta como fundamento esencial la Transformación de la Naturaleza por el hombre.

Dado que el pensamiento y la acción son actos diferentes, pero se condicionan mutuamente, los seres humanos se preparan para actuar, ya que el conocimiento es premisa de la acción y esta es el fin último del conocimiento.

Hasta este momento, reconozco mi aprobación con respecto a los conceptos expuestos, pero a continuación expondré algunas de las ideas tratadas, que considero pueden ser objeto de debate:

– “La meta de la Ciencia es la cognición, entendida como búsqueda de la verdad (no la praxis), por lo que no se debería sustituir el criterio de verdad por el de utilidad (el cual corrompería la citada cognición de la realidad)”. Dado que se requiere un conocimiento del medio para poder adaptarnos en mayor y mejor medida a nuestro entorno, es inevitable pensar en la forma en la cual vamos a poder emplear ese conjunto de saberes.

– “Si bien es cierto que existe una relación entre Ciencia y Praxis, la primera se describe en el texto como proceso individual y la segunda como fenómeno colectivo, dentro ambas de un marco social”. Es un hecho objetivo que cada cual tiene en su cabeza una visión de la realidad, pero esta ha de contrastarse con la visión de sus semejantes para plantear una serie de pautas o normas básicas de acuerdo o consenso, relativizando los conocimientos individuales.

 

– “Sólo es posible ser un hombre de acción o un hombre de Ciencia, al menos al mismo tiempo”. Dado que la práctica se fundamenta en la teoría y ésta en la observación de la realidad, ambas opciones son difícilmente excluyentes, ya que un hombre de acción, normalmente ha construido previamente los argumentos que conducen a ejecutar sus actos, y un hombre con ciertos conocimientos difícilmente se abstendrá de emplearlos.

– “Si se quiere tener éxito en una investigación científica nunca hemos de preocuparnos por las consecuencias prácticas de esta”. Si bien se trata de evitar que los estudios realizados sean condicionados por posibles  sesgos, es necesario tener en cuenta que todo acto conlleva un efecto, y que antes de producir un conocimiento cuyo desarrollo vaya a ser nocivo para la humanidad, entendida en términos generales y/o particulares, este debería cuestionarse.

 

Para finalizar el comentario, me gustaría citar a Einstein en su siguiente frase: “Ningún camino puede llevarnos desde el conocimiento de lo que es al conocimiento de lo que debería ser”.

La dificultad que entraña el consensuar ideas respectivas al mundo que nos rodea, reside en la subjetividad de aquellos que las enuncian, sus experiencias, sus motivos, sus circunstancias y sus aspiraciones. Partiendo de la diversidad de seres que habitamos la tierra, se deberían afrontar todas y cada una de las relaciones pasadas, presentes y futuras desde el respeto y el entendimiento mutuo.

Lectura nº5: Manual de Economía Política (G. Longo)

El mecanismo de la investigación científica

El conocimiento científico, entendido como proceso, consiste en recoger una serie de hechos, para obtener leyes y conclusiones de orden más general. Según Gorki, se trata de sacar sentido al hecho, ya que estos por si mismos no explican nada. Es necesario descubrir su verdadera esencia, comprendiendo su nacimiento, sus causas, etc.

Para esta empresa, el científico ha de aunar espíritu de observación, capacidad de meditar y libertad de prejuicios, con el objetivo de encajar resultados en un esquema coherente, una visión, que pueda llenar las lagunas de la observación con hipótesis justificadas y verosímiles.

Tras la primera etapa de observación y suministración del objeto o materia sobre la que se trabajará, acontece un segundo momento en el que surge la necesidad de poseer una fantasía creadora para formular hipótesis temporalmente aceptadas. Esta cualidad se describe como la capacidad de crear mentalmente una imagen de aquello que no es, pero que se pretende alcanzar. Fantasía e intuición, han de ser controladas por una rigurosa lógica.

En una tercera fase, se requiere comprobar si las hipótesis esbozadas se corresponden con la realidad, para lo cual se vuelve a realizar una nueva observación, envuelta de espíritu crítico y autocrítico.

Finalmente, a partir de la comprobación, se ajustan las teorías formuladas anteriormente.

En esta presentación del mecanismo de investigación científica, cabe destacar una serie de ideas relevantes, todas ellas interdependientes entre sí:

– En opinión de Darwin, “supone un gran error razonar mientras se observa, pero resulta absolutamente necesario hacerlo antes y muy útil hacerlo después”. Los hechos siempre constituyen la base de una elaboración teórica, pero el hombre posee un bagaje de conocimientos. La investigación, ávida de diálogo, siempre se inicia formulando preguntas, lo cual constituye un razonamiento o al menos una intención de este.

– En palabras de B.Croce “Los libros son plenamente eficaces cuando dialogan con nosotros, para ayudarnos a aclarar ideas ya esbozadas y apoyarnos y afirmarnos en el camino que nosotros hemos elegido o al que queremos acercarnos”. Es importante no caer en el eclecticismo, que tiende a cubrir esa falta de visión a través de un mosaico de ideas ajenas, pero sin un pensamiento interior que las de vida y las englobe. El objetivo de la educación, tanto en etapas escolares como universitarias, debería ser enseñar a pensar, no rellenar la mente con hechos, nociones, nombres o fórmulas. Dicho de otro modo, se trata de entrenar en algo que ningún texto pueda hacer.

– Toda Ciencia tiene un objeto de investigación concreto, un método de investigación y una visión científica de la realidad, que se presenta como el eslabón intermedio entre comprensión y acción práctica. En este proceso lo esencial es el método de investigación, ya que nos proporciona una visión de la realidad, un esquema en constante evolución, que representa una verdad relativa y una serie de instrumentos necesarios para poder sustituirlo.

 A modo de resumen, se pueden citar el interés previo (con su correspondiente visión), el diálogo, el método y la permanente evolución, como elementos clave en el proceso de investigación, siempre que se desee obtener resultados coherentes y verosímiles.

Lectura nº6: Ciencia y Método (Roberto Carballo)

Si se pretende conocer el significado del término “Ciencia”, existen respuestas diferentes, en épocas diferentes, elaboradas por grupos de personas diferentes. Por tanto, se trata de una construcción subjetiva y condicionada psicológicamente, como cualquier otro aspecto del esfuerzo humano.

Consiste en una actividad humana y social, básicamente consciente, cuyos éxitos en la comprensión de la naturaleza han permitido al hombre acercarse al conocimiento de sus límites y a desarrollar sentimiento de prepotencia y fe en las relaciones humanas.

Según Hull, no se puede explicar nada en sentido profundo, ya que las leyes y teorías, son siempre provisionales y limitadas. Además, la Ciencia es utilizada hoy en día como instrumento de dominación social, al servicio del poder de una minoría. A este respecto, podemos recordar el desequilibrio existente en cuanto a las posibilidades de acceso a programas de formación, o las dificultades que se dan debido a los recortes presupuestarios en materia de investigación.

En segundo lugar, se plantea la relación entre Ciencia y Progreso, asumiendo que la base se encuentra en una metodología en constante reestructuración, para servir a la acción colectiva que conduzca al hombre al ideal de libertad.

Se concibe una definición abierta de Ciencia, que incluya consciencia, sistematización y autolimitación. Además, se entiende que no existe Ciencia, sino teorías científicas en diferentes momentos históricos, que suponen intentos acumulativos de comprensión de la naturaleza, como base del progreso del hombre.

Posteriormente, se presenta la Ciencia como forma sistemática de entender el mundo, mediante un esfuerzo analítico y teórico. Su objetivo fundamental consiste en obtener resultados provisionales acerca de la concepción del mundo, donde la ideología juega un papel fundamental. Recordando las ideas de Longo, se dice que lo esencial es el método científico, ya que este ofrece un posible esquema momentáneo, más los instrumentos necesarios para poder modificarlo sucesivamente, dentro de un proceso de permanente reelaboración (con base acumulativa).

En un cuarto epígrafe, se recuerda que la ideología impregna todas y cada una de las etapas de la investigación.

A continuación, son enumeradas las etapas del método científico (descripción, clasificación, explicación y verificación) y los modos de inferencia empleados (deductivo, inductivo y reductivo), que modelan las diversas corrientes metodológicas.

Se resaltan las cualidades que debe reunir el investigador, citando el espíritu de observación, la capacidad de abstracción, la fantasía creadora y la intuición, la habilidad formalizadora y manual, al tiempo de ser consciente de su propia ignorancia y ansiar la búsqueda de la verdad.

Volviendo a las fases, se resaltan algunas ideas que deben aparecer progresivamente, como son:

– Acercamiento a la realidad, con una visión o acto pre-analítico.

– Observación de los hechos de la realidad y formulación de hipótesis.

– Síntesis teóricas ya formalizadas como modelo o teoría provisional (base para la creación de nuevos problemas).

– Contrastación intersubjetiva de las teorías, mediante su comunicación a la comunidad mediante un lenguaje apropiado y con conclusiones.

Estos pasos se definen como iterativos, es decir, que se repiten una y otra vez.

Finalmente, se comenta la necesidad de separar el método de investigación y el de exposición, debido a que el segundo no debe iniciarse hasta haber finalizado el primero, y siempre ha de ser presentado a través de un proceso dialéctico.

El texto nos aporta una documentación crítica, al añadir definiciones de Ciencia como “mitología racionalizada” o “ideología objetivizada”, pero además en él se resalta el intento de responder a la pregunta ¿por qué?

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La peligrosa evolución de la mentira

El pasado domingo tuve la ocasión de escuchar a un periodista en televisión, argumentando la aterradora frase: “la política no se maneja en el campo de la verdad, sino en el de lo verosímil”.

Si bien es cierto que la condición humana es proclive a justificar sus propios actos, no lo es menos que el valor de la palabra, como mínimo se ha difuminado en su significado. Ninguna aseveración parece clara. Perdidos en su cualidad relativa, cada día, encontramos testimonios que parecen provenir de seres humanos que habitan en otro mundo. “Los sueldos no están bajando”, “el gobierno no me impuso rectificar” o “la crisis se ha acabado”, son algunos ejemplos de ello.

Aunque el presidente Rajoy haya intentado calificar el episodio como un malentendido, el portavoz de Educación de la Comisión Europea, este martes, calificó las informaciones sobre Erasmus surgidas en España de “rubbish”, que en inglés significa basura o disparate, precedidas de una pseudodisculpa “No sé cómo decirlo de una forma más diplomática”.

En la búsqueda de sinónimos del término en cuestión, surgen los siguientes: embuste, falacia, falsedad, bola, trola, cuento, engaño, enredo, falsificación, ficción, patraña o calumnia.

Como si de un monstruo mutable se tratase, aparece en sus diferentes formas con oscuras intenciones.

Partiendo de la base de la existencia de un amplio espacio para la interpretación, en opinión de una gran parte de la ciudadanía, la manipulación de datos no debería ser el modus operandi habitual de los decisores de ningún estado. En demasiadas ocasiones se alude a conceptos abstractos como el mercado, de difícil comprensión como la prima de riesgo o de dudoso rigor como la demanda social.

Las contradicciones se solapan unas con otras en el congreso, en los debates o en cualquiera de las propuestas del gobierno, mientras que el resto de  la comunidad asiste atónito a este gran espectáculo de destrucción humana, como el que ve llegar a una ola tan grande, que lo único que le da tiempo a pensar es el tiempo que queda hasta que pase. ¿Y si no pasa?

En otro tiempo, la mentira suponía unos costes políticos. Recordemos los atentados de Madrid del 11-M, que en opinión de muchos provocaron la derrota del Partido Popular, debido a la falta de credibilidad de sus informaciones aportadas al respecto. Ahora es diferente. El miedo nos paraliza.

El objetivo primordial de los dirigentes se fundamentan en el mantenimiento de sus posiciones de privilegio, y para ello, emplean la famosa premisa “el fin justifica los medios”, con total impunidad, puesto que todos jugamos a un juego creado por y para su disfrute.

Cada uno de nosotros posee una capacidad de entendimiento, unos valores y unas creencias que no son tomadas en cuenta. Si la democracia representativa se abrió paso contando con nuestra aprobación, volvamos a tomar las riendas de un presente y un futuro que nos pertenece. Digamos NO a la mentira. Acabemos con la sumisión. Nuestro consentimiento es el origen de la legitimidad de un poder político que se salta “a la torera” sus compromisos y sus responsabilidades.

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Una historia como otra cualquiera

Muchas de las personas a las que considero cercanas y muy cercanas, se sorprendieron en un primer momento de la decisión que tome hace algo más de un año, cuando me embarqué en la complicada misión de combinar trabajo, estudios y disfrute de la vida en compañía de amigos, familia, pareja, etc.

Si bien es cierto que no todo el que quiere puede, y más en la situación actual por la que estamos pasando en muchos lugares del mundo, el esfuerzo real nos lleva a comprobar nuestras posibilidades.

Tras haber desarrollado una satisfactoria carrera deportiva, tuve la suerte de poder estudiar y formarme en aquello que me hacía y me hace feliz, gracias al apoyo familiar (económico, anímico y de todo tipo). Una vez completada la carrera universitaria en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y finalizado un Máster en Dirección y Organización de Entidades Deportivas, de nuevo me sonrió la vida, encontrando un empleo estable como Licenciado en Educación Física, trabajando para el Ayuntamiento de Madrid. Ya en el año 2010, tras haber aprobado la oposición que daba acceso a la consolidación de un empleo indefinido, lejos de aletargarme como empleado público, comencé a formar parte de un gran equipo humano que se dedica (o nos dedicamos) a la formación de profesionales en el mundo de la actividad física, dentro del sector público.

Desde una perspectiva conservadora, podría haber optado por mantener mis empleos y no complicarme la vida, pero las experiencias surgidas en el sector público, me invitaron a intentar ser más consciente de la situación, y aunque mi disponibilidad de tiempo es enormemente limitada, considero que el esfuerzo merece la pena.

Ser conscientes de lo que pasa a nuestro alrededor, es mucho más importante de lo que pueda parecer. Leer la prensa cada día, hablar con personas diferentes, intentar entender cada iniciativa, sus motivos, las causas de las tendencias que vivimos, etc,, nos ayuda a desarrollarnos como seres humanos que, aunque algunos no lo hayan entendido aún, nos necesitamos los unos a los otros, y no siempre interesadamente.

Con un pasado familiar activo políticamente hablando, mi interés por la política había sido nulo hasta el pasado año, dado que mis preocupaciones estaban bastante lejos de los partidos, sindicatos, congreso o la ley electoral. Sin dejar de lado mi profesión actual, he encontrado un ingrediente esencial para todo aquél que se dedique al trato directo con el público, y no es otro que el conocimiento de las ciencias sociales. Saber organizar ideas, planificar discursos, transmitir intenciones, razonar propuestas, debatir entre posturas opuestas, o conocer aquello que los grandes pensadores consideraban vital para las relaciones humanas, sin duda me está sirviendo de gran ayuda para mejorar mi labor profesional.

La dureza de la semana es considerable: Cada día suena el despertador a las 7:30, de 9:00 a 13:00 asistimos a clase, de 13:30 a 15:30, imparto actividades extraescolares en otra universidad cercana a la nuestra (UCM) y de 17:00 a 22:00 acudo a mi centro deportivo municipal, para seguir dando diversas clases (natación, Pilates, Ciclo-sala, ..).

Entre cada una de estas etapas diarias, además, aunque parezca difícil, me gusta comer, y al final de la jornada, dormir un poco (en contra de las palabras del gran Leonardo Da Vinci: «Dormir es perder tiempo»).

Este circuito al que nos enfrentamos muchas personas, ha de entenderse no individualmente, sino de modo colectivo, ya que para poder «disfrutar» del privilegio de estudiar hoy en día, es necesaria la colaboración de los otros y otras.

Sería imposible afrontar las circunstancias descritas sin ayuda. En primer lugar la de mi pareja con la que «convivo» cada día y sin la cual nada de este proyecto sería posible. Por supuesto, reiterar el apoyo familiar recibido y el ánimo de amigos y amigas.

A todos, GRACIAS, por ayudarme a encontrar mi lugar…

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Publicidad engañosa

Esta mañana, al ir hacia la facultad, escuchaba en la radio una publicidad cuyo insultante mensaje despertaba aún más mi deseo de apostar por una educación universal (y por supuesto pública). La entidad «Triodos Bank», intentaba convencer a los oyentes, argumentando que se trataba de una inversión socialmente responsable que permite contribuir a la financiación de proyectos sostenibles. Con el disfraz de «Banco ético», presentan sus productos como los más competitivos del mercado financiero.

«Amigos banqueros»… ¡Basta ya!

Recordemos que la ética como «conducta socialmente aceptada», como «conjunto de normas morales que rigen la conducta humana», o bien como «parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre», difícilmente encaja con los objetivos reales de cualquier banco.

Me ha parecido interesante visitar su página web y no tiene desperdicio. Hipotecas, tarjetas, depósitos, productos, etc. Más de lo mismo. Puede que, como decían diversas personas en un foro al respecto, ofrezcan mejores condiciones que el resto de entidades, pero en ningún caso podemos denominar ético a un organismo que se lucra del esfuerzo de miles de ciudadanos para ganarse su sueldo. Un sueldo, que en muchos casos no llega ni para cubrir las necesidades básicas de las familias.

El hecho de que la banca privada haya sido una de las causantes de la crisis económica actual, parece que ha sido olvidado y aún se tiene la desfachatez de invitar a una «inversión socialmente responsable». Ojo al dato (como diría el famoso periodista José María García). El término social debería conllevar una cooperación mutua entre los implicados, no una explotación capitalista. Por otro lado, la concepción de responsabilidad que se pretende transmitir en el eslogan es bastante discutible.

Independientemente del destino de sus inversiones, resulta de mal gusto presentarse como medio o mecanismo que guíe la conducta humana. ¿Acaso estamos condenados a ser engañados y utilizados? ¿No aprendemos de los errores pasados? Espero que las negativas experiencias de muchas personas, nos ayuden a comprender y a subsanar nuestro exceso de confianza.

Hemos de formarnos, aprender y no conformarnos, para hacer frente una dinámica social que no descansa.

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Y no pasa nada

Desde el informe de los expertos informáticos de la Policía Nacional donde  se confirmó el formateo nocturno de uno de los ordenadores de Bárcenas por parte del PP, hasta la petición de la Fiscalía de Madrid de sobreseimiento de la investigación sobre la destrucción de los discos duros, por considerar que los hechos no son constitutivos de ningún delito, parece no haber sucedido gran cosa en el proceso por el que algunos temían el desmoronamiento de la organización.

Dirigir nunca ha sido fácil. Situarse en el punto de mira de toda una sociedad se antoja complicado, más aún si cabe en los tiempos que corren, dado el chaparrón que está cayendo. Si decía el refrán «al mal tiempo buena cara», podríamos añadir que la lluvia es más llevadera cuando se dispone de un buen paraguas.

Teniendo en cuenta que la mayoría de las cosas en las que podemos pensar son finitas, los paraguas también lo son. Restringidos a una élite, casta o grupo de privilegiados, aparecen «ciertas redes» en el circo al que estamos asisitiendo. Un circo que, por otro lado, no divierte a tantos. Para la mayoría de ciudadanos de a pie, resulta tremendamente arduo obtener un resultado positivo de la ecuación a la que nos enfrentamos cada día. Pagos incesantes como son las tasas por la recogida de basuras, por satisfacer las necesidades fisiológicas en unos baños públicos como los de la estación de Atocha, o afrontar el copago de medicamentos, hacen aumentar el malestar entre el pueblo llano.

¿Piedras en el camino? ¿Mala suerte? Desde luego que NO. El sistema sociopolítico en el que nos encontramos, nos quiere hacer creer que si nos esforzamos seremos felices, si ponemos todo nuestro empeño lo conseguiremos. Pero a las iluminadas mentes capitalistas se les olvida que aún quedan personas que no tienen su mirada clavada en el signo del dólar. ¿Qué hay de los valores humanos como el respeto o la solidaridad? Está claro que la ambición sin límites de los poderosos únicamente tiene espacio de pensamiento y acción para la explotación, «el quiero más» y el resto no me importa, porque no me cuestionan o si lo hacen no gozan de los recursos suficientes para apartarme de mi silla caliente.

La terrible cifra de profesionales de diversos sectores que engordan las listas de paro, demuestran que la meritocracia puede resultar un cuento chino que se nos ha repetido desde que nuestra memoria nos permite recordar.

Aquellos que siempre apostaremos por la educación, tenemos ante nosotros un duro escollo que superar al intentar justificar la formación técnica y por supuesto ética. Una ética dificilmente reconocible en partidos políticos como el que nos gobierna actualmente. Su razonamiento «la culpa es de los que estaban antes». La historia se repite una y otra vez, mientras la pescadilla que se muerde la cola sigue arruinando a millones de familias que intentan no caerse del trapecio diario, al no disponer de red que les proteja.

Sin embargo, determinados «tocados por los dioses» (de una religión inventada para la destrucción), pueden «equivocarse» una y otra vez, evadiendo responsabilidades, debido a que el sistema les ampara. «¿Nos habéis pillado con los documentos que demuestran la financiación ilegal de nuestra organización? Pues lo borramos y aquí paz y después gloria».

Lamentablemente las equivocaciones del resto de mortales cuestan más caras, ya que no podemos mirar en otra dirección y hacer como si no pasase nada.

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